martes, 31 de diciembre de 2013

Recuento de fin de año

Una vez más, dejé tirado esto. En mi defensa, al menos he vuelto para dar mi recuento y pues, espero que el otro año pueda estar más pendiente de mi blog, que igual es un modo de diversión... y frustración, ha.

No haré un orden cronológico pues mis meses fueron todos iguales, pero sí hubo un antes y un después en febrero pues... bueno, mi vida dio un giro enorme (para mal) y he sufrido las consecuencias desde entonces.

En mayo ocurrió un hecho muy particular: prácticamente, yo no debería estar escribiendo estas palabras ahora. Debería haber desaparecido del mundo pero acá estoy, atormentando vidas ajenas y la mía. No han habido cambios. Soy solo yo, intentando recomponer los trozos de mí misma.

Yukata

Desde ahí no ha pasado nada muy interesante hasta el Nihon Matsuri, al cuál dediqué todo mi tiempo y deseos. Fue mi hijo, prácticamente. Y creo que quedó fabuloso, espero con ansias poder superarme en la organización y la decoración el otro año. Incluso, me compré una yukata para poder sentir el ambiente. Creo que me veo genial... pero no lo digo por ser yo, eh.

Por lo demás, hubo muchas cosas malas, pero también otras buenas. Me reencontré con gente con la cuál no tenía mucho contacto y pude estrechar los lazos. Otros, definitivamente se fueron. Algunos espero que sean para jamás volver. Esto lo digo sinceramente y desde el fondo de mi corazón, porque me hicieron mucho daño.

También, otra cosa genial fue poder comenzar una carrera como modelo de (mi) Camila. No pensé que pudiera llegar a verme tan bien en las fotos. Hemos tenido sesiones shuer consheptuales y siempre me divierto en las mismas. Espero poder especializarme el otro año y poder mejorar posando. Quién sabe, quizás hasta llego a dejar mis fotos en una agencia, con la esperanza de que alguien me contrate, hahaha.

Ahora, este año no tenía alguna resolución y creo que soy tan fome que este próximo año tampoco la tendré. Solo espero pasar todos mis ramos y que me vaya bien en la tesis (¡toca hacerla este 2014!), pero no quiero pedir nada. Total, estoy tan decepcionada de todo que sé que no se cumplirá. ¿Y ustedes, gente? ¿Cuáles son sus resoluciones? Sé que son ñoños, pero si me dicen ese estúpido chiste de 1080x1024, juro que los golpearé.

Cuando esté más inspirada, volveré a escribir cosas bonitas. Espero que sea pronto. 

Por lo demás, ¡avanti, avanti! Esperemos que este 2014 sea mejor. Al menos, es par... a diferencia de este año que se va, me gustan los números pares.

domingo, 3 de noviembre de 2013

Nosotros


Ciertamente, soy de las que se preguntan cosas en torno a las palabras. Desde que tengo memoria ha sido así. Quizás eso incite mi modo de ser humanista, pero supongo que eso no tiene nada que ver... o quizás sea la raíz del problema del por qué soy así.

Hoy estaba mirando el techo, intentando dormir, y solo pude pensar en personas gramaticales, algo idiota considerando que odio la gramática. Yo, tú, él, nosotros, ella, blah blah, yadda yadda. ¿A quién le importa? Las personas solo sirven para definir a entidades y ahorrarnos decir nombres completos. Ejemplo: Yo (Valentine) decreto que es idiota ocupar personas gramaticales.

Ahora bien, es irónico y perverso el que podamos definirnos en base a nombres y personas gramaticales. Cuando decimos yo soy yo estoy hablando de Valentine es Valentine, pero cualquiera puede decir yo soy yo y no se refiere a mi, sino a si mismo (un enredo en mi cabeza, determinado por falta de horas de sueño, ha). Dice yo soy yo y en realidad se refiere a yo (de nombre X) soy yo (llamado X).

El tú es algo descarado. Usualmente es como para apuntar al otro. Él y ella están bien, supongo, aún cuando en culturas no-occidentales quizás sea un poco feo decirlos.

Creo que, de todo, el nosotros es lo que más me gusta. Es como una canción de cuna arrulladora. Nosotros somos tú, yo, él, ella, incluidos en el mismo grupo. Nosotros es inclusivo y no discrimina, a diferencia de ellos. Porque ellos son ellos y nosotros, nosotros. Ellos son distintos y por eso los menciono aparte.

Meh, de cualquier forma, creo que me tomo las palabras muy a pecho... Solo debería decirlas y ya, en vez de saborearlas como lo hago. Total, yo soy yo; tú eres tú; nosotros, nosotros; y ellos, ellos. ¿Para qué más, si con eso basta? Mientras no nos confundamos y mantengamos la identidad, debería bastar... digo yo.

Listening to: Ayabie – Romancer -3rd press-.

sábado, 5 de octubre de 2013

Mala enseñanza

No te enseñan cómo amar a alguien. 
No te enseñan cómo ser famoso. 
No te enseñan cómo ser rico ni cómo ser pobre. 
No te enseñan cómo abandonar a alguien que amas. 
No te enseñan cómo averiguar qué piensa otra persona. 
No te enseñan qué decirle a alguien que se muere. 
No te enseñan nada que valga la pena.

Y, sin embargo, sigue siendo entretenido aprender más y más de las personas.

Listening to: Theatre of Tragedy – Image.

jueves, 5 de septiembre de 2013

Don't forget to forget

Olvido.

1. m. Cesación de la memoria que se tenía.
2. m. Cesación del afecto que se tenía.
3. m. Descuido de algo que se debía tener presente.

- Real Academia Española.

Oh, sí, ahora lo recuerdo. ¡Pardiez! Cosas así no suelen sucederme (aunque deberían).

Así que, una vez más, viejo amigo, una acción (in)voluntaria se hace presente.  No hablo de una venganza ni un perdón, como dijo Borges, sino que el olvido es peor que ambas, porque significa muerte (y por eso le temo tanto al olvido, de hecho).

Nada me vuelve tan atrevida ni tan imprudente como olvidar. Nada me pone más triste que olvidar. Y, sin embargo, a día de hoy leo para olvidar. Es de las pocas formas que me quedan de ser libre.

De todas formas, no creo que sea relevante. Sólo es relevante el hecho que la RAE me recuerda cosas que debería olvidar. No sé cómo expresarme, tengo sueño, heh.

Discúlpeme por el olvido, no suele sucederme... 

O quizás sí. Quizás es mejor así. 

miércoles, 7 de agosto de 2013

Into destruction

El viernes pasado, su servidora estaba levemente muy borracha, puesto que la desesperación y el nerviosismo a veces la llevan a un punto de no-retorno. En ese punto de no-retorno, mientras comenzaba a beber su segundo vodka y fumaba un cigarro, tuvo una conversación consigo misma.

¿Me permitiré llevar a cabo una hermosa destrucción?, me pregunté. ¿Las destrucciones pueden ser hermosas?

Y es que, como he mencionado en alguna ocasión, hay un momento en donde destruyes para poder volver a reconstruir. Un momento donde aunque todo esté quemándose, sabes que tiene que volver a surgir, sea por sí mismo o a pulso. Y es ahí donde reí para mis adentros porque, en esa pregunta, me reconocí a mí misma, llevándome al punto de querer destruirme tanto, (...), tanto, que me fuerce a surgir de nuevo, como si fuese un fénix.

Mi discusión conmigo misma llegó a un punto circular y me callé mentalmente: sabía cuál era mi fundamento concreto y no tenía necesidad de repetirlo: yo había cambiado y lo mejor de ese cambio es saber que sigo sin parecerme a cualquiera que conozco. Esta falta de parecido es una de las cosas que me agradan y por eso me gusta discutir conmigo misma y otras personas: pone en evidencia quién soy yo misma, qué es lo que pienso y, sobre todo, me hace sentir aún más como yo.

Pero luego mi celular sonó avisándome de un mensaje y volví a preguntarme "¿Será que las destrucciones, incluso las mías, pueden ser hermosas?". ¿Qué ocurriría si me equivocase (una vez más)? ¿Y si el asunto no se trata de autodestrucción, sino de valores, y yo fuese una destructora de valores? Pues, un valor vulnerado y una ilusión desenmascarada suelen tener un cuerpo igual de mortificado: se parecen, y no hay nada más fácil que confundirlos.

Y mientras abrí la puerta de mi casa y pensaba en la destrucción de mundos, de valores y otras cosas, me llevé la mano a la cara preparándome para un último acto... o quizás no el último, pero sí el que cerraría un capítulo.

sábado, 20 de julio de 2013

About gardeners and architects

Entonces hoy yo venía a escribir, sin saber de qué quería escribir. Planeaba hacerlo sobre gatitos, perritos, conejitos. Quizás sobre la venida de la Tercera Guerra Mundial o tal vez sobre mi imposibilidad de disfrutar las cosas simples de la vida (me pasa lo mismo con las no-simples, en todo caso), hasta que vi esta entrada escrita por este personaje y todo se me fue a la mierda. No me malinterpreten, de verdad que amo a Sergio, pero a veces me deja descolocada y me hace llorar (?) y otras cosas de las que no hablaré acá.

No quiero hacer un tl;dr de lo dicho en la entrada, porque sería absolutamente agradable y recomendable que la leyeran por ustedes mismos, pero me hizo pensar en algo... más que nada, en referencia al libro que intento hacer.

El otro día, tuve una conversación con @Seba respecto a los jardineros y los arquitectos en la escritura: un jardinero es alguien que no planea y escribe, haciendo florecer palabras, pensamientos y todo sobre la marcha, provocando que las sensaciones sean fluidas. Un arquitecto es aquel que planea todos los pasos a seguir antes de ponerse a escribir. Quizás sí pueda hacer florecer palabra, pero de cierta forma, será un poco más artificial que un jardinero. 

Llegando al punto donde conecto todo esto con los dichos de Sergio, me parece que el conocerse a uno mismo es una de las actividades más dolorosas por las que uno puede pasar. Es destruir ciertos paradigmas que uno codificaba sobre sí mismo para pasar a saber cuál es el verdadero yo. En mi caso, desde mi temprana adolescencia, este tema resulta un dolor de cabeza para mí (pero hoy tampoco hablaré de eso).

Si uno se conoce a sí mismo, ¿podría determinar si es un jardinero o un arquitecto? ¿el conocerse realmente influirá de sobremanera en la escritura? Yo sé que las preguntas podrían sonar burdas, pero el sentido es pensar en cómo nuestra manera de comunicarnos puede estar influenciado por lo mucho o poco que nos conocemos a nosotros mismos (o quizás ni siquiera conocernos, sino que simplemente aceptarnos), incluso, la comunicación no-verbal puede estar influenciada por este hecho, lo cuál podría o no significar una merma en nuestra confianza en nosotros mismos.

La analogía del jardinero/arquitecto podría ser también una analogía para el cómo concebimos nuestra forma de actuar en la vida y puede o no coincidir en nuestra forma de expresarnos, escrita u oralmente. Por mi parte, para escribir soy jardinera (aunque luzco como arquitecta) y oralmente soy un poco más arquitecta. Se podrían dar cuenta de eso al revisar este blog y al hablar 1v1 conmigo, há.

Y pues, más que una reflexión, esto era una acotación a la entrada que cité, porque considero que no estoy agregando nada que nadie sepa... sólo quería escribir *sigh*

Listening to: Theatre of Tragedy – Machine.   

jueves, 4 de julio de 2013

Cien Años de Té en Chile con La Tetería

Cuando pensamos en el té, pensamos en una escena específica: la Reina Isabel o algún inglés almidonado consumiéndolo a las 5 o'clock mientras lo acompaña con scones. Levanta su taza con el meñique recto y se ríe en un inglés flemático a la vez que habla de algo, quizás, insustancial.

Cuando pensamos en el té y sus inicios, sabemos de China, de la India. Pensamos en Inglaterra, en Ceylán (actual Sri Lanka, pero asociamos el nombre por su té negro). Pensamos en los viajes, en las revoluciones que ha causado (¿a alguien le suena la Boston Tea Party?) pero... ¿y Latinoamérica? ¿y Chile?

Chile está en el top 10 de países que más consume té a nivel mundial. Al año, se consumen 10 mil toneladas de té en Chile. A juicio de cualquiera, impresiona, pues estamos sumergidos en un continente cafetero. Gran parte de esto podría deberse a la preocupación de los comerciantes por la estética. La creencia es que el marketing se desarrolló con la liberación de la economía, pero eso es una mentira...

Anoche, con @Lambdadelta fuimos a un evento realizado en el Mall Espacio M. ¿Su nombre? La presentación del libro "Las Marcas de la Historia III: Cien Años de Té en Chile (1870 - 1970)", escrito por Óscar Aedo Inostroza, quién justamente desmiente este pensamiento respecto al marketing.

El proyecto de Aedo (autodenominado El Cachurero, como comentó anecdóticamente anoche) comenzó a inicios del 2000, donde hacía una recopilación de marcas en Chile y cómo estas han trascendido en la historia. El primer volumen de la colección consistió en cigarros y el segundo era sobre bebidas y agua mineral. Ahora le tocaba el turno al té. Y es aquí donde entra La Tetería...



Cuando llegamos anoche, el escenario era ideal: una decoración en tonos amarillos acompañados por rosas, swing tocando, teteras de plata y tazas de porcelana blanca, para poder ver el té en todo su esplendor.


Recepción del evento. Mall Espacio M.


Hablando particularmente de la ceremonia, consistió en la bienvenida de parte de Patricio Hurtado, Director de La Tetería, quién hace una mención especial a los Twitteros que los siguen y han hecho de La Tetería lo que es hoy: un negocio que se ha ido desarrollando a lo largo de ocho años, tiempo en el cuál el té se ha ido popularizando y masificando en el país.


Fotograma en la pared: "El té más fuerte. El héroe de los tées"


Luego le tocó el turno a Óscar Aedo, autor del libro, quién dio sus agradecimientos, para luego pasar la vara a Rodolfo Gambetti, periodista gastronómico, quién hablo sobre las bondades del té: respecto a los beneficios que tiene a la salud pero, por sobre todo, con lo que nos convocaba: el beneficio mayor que posee, como documento histórico. Y justamente su valor como tal podía producir esta publicación potente y hermosa, trabajo de años de recopilar en lugares áridos, en antigüedades y, sobre todo, intentando rescatar la hermosura de envases y etiquetas.

Servicio de Té ofrecido por La Tetería

El Servicio de Té ofrecido por La Tetería estuvo a nuestra disposición: té negro Assam Hazelbank (India) y té verde Bancha (Japón), ambos preparados de una forma magnífica. El Assam maravillaba con su sabor tradicional pero pronunciado y su hermoso color rojizo profundo, mientras que el Bancha poseía ese matiz refrescante y energizante, ideal para ser la contra parte del té negro ofrecido.



El hermoso color de un Bancha bien preparado


Teteras conteniendo Assam Hazelbank. Nótese el color rojizo.
Una de las cosas que quiero rescatar es que pudimos presenciar una exposición (que sigue en el local de La Tetería del Mall Espacio M, en el segundo piso) de las mismas latas que aparecen en el libro. El trabajo en poner recomponerlas a su estado original es digno de admiración.





Té Arturo Prat.
Té Cruz Azul

Té Puro de Horniman
Té para combatir el Alcoholismo
Actualmente, el local de La Tetería del Mall Espacio M cuenta con 70 tés distintos, a diferencia del local de Santa Magdalena, que cuenta con 80 (de todas formas, sólo es una diferencia de 10 tés). El local de Mall Espacio M no tiene nada que envidiar a su predecesora, pues además de comprar té, pueden comprar distintos productos, como contenedores, teteras tetsubin importadas directamente desde Japón y tazas.



¡Todas estas variedades de té!
Tetera tetsubin

Set de tazas de té junto a una tetera tetsubin
La Tetería realizó a los presentes una entrega de regalos, consistente en un marcador de libros, un colador para té tipo huevo y una delicia: Christmas Tea, variante europea del Chai Masala y cuyo aroma hace remembranza a un pan de pascua. Su sabor es dulce, cítrico y su aroma bien definido.


Contenedor del Christmas Tea
Finalmente y para concluir, reitero mis agradecimientos a La Tetería por la invitación y hago un llamado a la gente amante del té para que vayan a ver la exposición realizada y disfruten de un magnífico té en estos días invernales ♥

P.S: El libro "Las Marcas de la Historia III: Cien Años de Té en Chile" tiene un valor de $40000 pesos (chilenos) y puede ser encontrado en librerías y La Tetería.

viernes, 28 de junio de 2013

In the next months...

Desde hace muchos días ando buscando la inspiración. Convertir las cosas malas en cosas buenas (o algo así, al menos). Sé que tengo mucho material y pienso mucho las cosas, algo podrá salir de ahí.

Ya lo había hablado con algunas personas y ya he hecho público mi pensar, pero esta vez el manifiesto está claro: quiero empezar a escribir algo a ver si logro que sea publicado. He hablado con ciertas personas sobre lo que planeo escribir y espero que resulte, es un proyecto que me tiene emocionada y es algo que le da un poco de luz a mi día a día.

Sé que todas las historias han sido escritas. Que el sueño es mejor que la realidad y la realidad, mejor que la ficción. Pero uno no recuerda los sueños, porque se puede asustar de sí mismo. Y la realidad a veces también asusta. Sólo la ficción es lo mejor de nuestra vida, porque sabemos que cuando acaba el libro, la película, la vida volverá a su normalidad y lo visto, oído y saboreado en un momento etéreo quedará como una anécdota en nuestra mente.

Pero, ¿por qué no unir la ficción con la realidad? No tengo nada en contra de la literatura de fantasía, pero quisiera... escribir algo realista. Ser un puente entre la ficción y la realidad. No escribir realismo (como género), sino realismo como sentimiento. ¿Qué es lo real y qué es lo irreal? Mientras lo puedas sentir en tu mente, podría ser real. Y quiero darle eso a alguien.

Sólo... espero tener suerte en el proyecto y no fallar en el intento (como siempre me ocurre).

Listening to: アンティック-珈琲店- – メープルガンマン  (Antic Cafe – Maple Gunman)

domingo, 9 de junio de 2013

Nightmares and constraints

¿Han estado en alguna pesadilla? La respuesta es obvia (un sí, lógicamente). Una pesadilla donde despiertas sudoroso y con la cara desencajada, donde te das cuenta de que no hay de qué temer: estás solo en tu cama, sin ningún peligro alrededor más que tus demonios imaginarios. Sólo basta con encender la luz, quedarse quieto un momento y relajarse. Todo va a pasar.  

Pero ¿es siempre así? ¿siempre despertamos de las pesadillas? No. Sé que no. Doy fe de que no.

El soñar puede volverse horrible cuando te das cuenta de tus pesadillas, cuando estás consciente de ello. No es lo mismo dormir y no recordar los sueños a vivirlos, a sentirlos en tu piel. No es lo mismo soñar con el circo de los payasos diabólicos del espacio (¿a alguien realmente le asustó esa película?) a soñar con cosas que eran lindas, pero sabes perdidas... y eso es una verdadera pesadilla.

Están esas pesadillas que son pesadillas como tales: cosas que asustan, tu némesis persiguiéndote. Cosas que te pueden dañar. Manías, pecados, fobias. Despertares angustiantes y frío en la espalda.

Y están esas otras pesadillas que no son pesadillas: tiempos mejores, tiempos que no volverán por más que supliques a todas las Moiras que deshagan el tejido prehecho y fabriquen uno nuevo. 

Si lo pienso bien... no sé bien cómo explicar eso. Lo de los tiempos mejores. ¿Todo tiempo anterior fue mejor? No, quizás no. Pero surge una especie de añoranza. En mi caso, sé que los tiempos anteriores eran mejores. Cuando las cosas van bien, hay una tranquilidad en tu corazón que te indica que así es, y no un sentimiento de que, en cualquier momento, tu cabeza va a estallar.

¿Sobre pesadillas, entonces? Todo es potencialmente pesadilla para mí. Todo, sea sueño hermoso o no. Pesadilla porque da miedo, pesadilla porque añoro el tiempo pasado. ¿Y la conclusión? La vida es una pesadilla... no volverá a ser como antes.

Listening to: LIV MOON – The Show must go on.     

martes, 4 de junio de 2013

Dimensions about suicide

He estado pensando muchas cosas desde la semana pasada, pues un amigo de mis padres se suicidó. El tipo no me caía particularmente bien por muchos motivos, pero su muerte provocó una brecha en mi cabeza que aún no puedo tapar.

Mi padre estaba ciertamente molesto porque su amigo se haya matado y por una estupidez. Mi madre lloraba inconsolablemente, pensando que él dejaba a sus hijos, todos menores de 12 años, sobre todo a uno que nació en octubre del año pasado. Por mi parte, meh.

Primero, me molestó un poco toda esa parafernalia. De cierta forma, me molesta nuestra concepción occidental de la muerte, donde vemos que algo nos fue arrebatado. Un algo que no era nuestro, por cierto.

No entiendo cómo la gente sufre tanto por las muertes, es un egoísmo muy particular. El ciclo de la vida tiene un rumbo, ese rumbo implica morir también. ¿Es acaso tan difícil de entender?

Bueno, quizás sí es complicado de entender, pero yo, al sentir que no tengo nada que perder, simplemente no me doy por aludida.

Lo que me lleva a otro punto, uno donde puedo separar a los suicidas. ¿Cómo es esto? Cuando uno piensa en el suicidio, lo que quiere es matar el dolor, no la vida. Muchas veces, uno como suicida, sólo está concentrado en el dolor, en que no puede salir de un agujero, pero no te matas por distintos motivos como, por ejemplo, no saber cómo llevarlo a cabo o ponerte a pensar en tu familia, pero creo que uno de los principales es un cierto trato masoquista a ti mismo, donde piensas que, a pesar de que te duele, puedes llegar a soportarlo y te esfuerzas en ello.

Los otros suicidas, los que odian la vida, ya son otro grupo: uno que ha aguantado mucho tiempo el dolor. O, sencillamente, se desencantaron de todo de un día para otro y tomaron esa decisión. O hubo algo que los empujó a ello como tener una enfermedad grave y que no quieren soportar.

Este último grupo, ¿tendrá más valor que el primero? ¿o son más cobardes por no querer quedarse a enfrentar las cosas? Nadie podría decir en forma tajante qué es lo que son aunque, vamos, si usted nunca ha pensado en el suicidio como una opción/derecho, todo lo que estoy diciendo es una locura.

Sé que cualquier psicólogo o cualquier persona con dos dedos de frente podrá venir a refutarme todo lo que estoy diciendo, pero esto es una opinión personal (en estas circunstancias, creo que me puedo dar el lujo de tener lo que se consideraría una enfermedad mental y poder expresar mi opinión libremente, pero siempre respetando al otro). 

Y pues, ya qué más da. Sólo los suicidas frustrados pueden comprender el punto de vista de otros suicidas...

martes, 21 de mayo de 2013

Ubiquitous

No eres de aquí, ni de ahora. Y, sin embargo, ¿cómo podrías saberlo? Si eres tan metamorfa. Estabas aburrida y por eso te construíste. ¿Valió la pena? Claro que no, si al final ya perdiste el rumbo, el horizonte. Quieres ser ubicua, y sólo terminas siendo una loca perenne.

Pero, ¿es eso importante? ¿es relevante, es satisfactorio? Quisiste ser omnipresente y omnipotente en ti misma y te creaste. Creaste tu interior y luego tu exterior, pero te aburriste.

Y, al octavo día, creaste un nuevo universo. Hasta que te aburras una vez más y volverás a empezar. 

¿Algún día pararás?

domingo, 19 de mayo de 2013

Bookstag!


Hace rato no me paseaba por acá, hasta que Lessie me dijo que quería que contestase algo. Respondí que ok, que primero tenía que ver qué tal y me tiró el Bookstag. Como me pareció entretenido y tenía que ver con libros (¡adorados libros!), dije que lo haría.

So... hello, bookstag.
  • Responde esto con tiempo y paciencia. 
  • Elige 3 libros a tu criterio. 
  • Etiqueta a alguien que sabes que lee y que querrá responder. 
  • Menciona los libros que has escogido sólo si quieres. 
  • Responde las preguntas siguiendo las instrucciones. 
  • Para las preguntas de elección al azar, dejamos un selector random: x 
Libros escogidos (en forma bastante aleatoria, pues eran los primeros que encontré a la mano):
  • La Insoportable Levedad del Ser - Milan Kundera.
  • En una campana de cristal/Invierno de Artificio - Anaïs Nin.
  • Entrevista con el Vampiro - Anne Rice.

1.      Tu situación se define como (libro 2, pag. 74, 5ta oración):
"Era perfecta, nunca he visto nada igual".
2.     Sueles pensar que (libro 3, pag. al azar, 1er diálogo):
"—Te dije que lo iba a hacer. Te lo dije... —recordó ella".


3.     Lo que piensas de las personas (libro 2, última pag., última oración):
"Flores para los muertos, murmuraba... con un poco de alambre y un soporte redondo, hubiesen servido perfectamente".


4.     Sobre tus amigos crees que (libro 1, pag. 100, 1ra oración):
"El silencio yacía entre ellos como una desgracia".

5.     Algo sobre tu familia (libro 2, pag. 93, penúltima oración):
"La madre le cuidaba, corría ansiosa de aquí para allá".

6.     Cuando estás triste (libro 3, pag. 20, 4ta oración):
"Yo también pensé que iba a decir algo, pero en ese preciso momento me di vuelta y di la espalda a la ventana".

7.     ¿Y qué sobre el amor? (libro 1, pag. 86, 2da oración):
"Sin embargo, estaría actuando plenamente de acuerdo con Parménides: ¡convertiría lo pesado en leve, lo negativo en positivo!".

8.     Un par de palabras que te definan (libro 3, pag. 34, 7 primeras palabras de una oración al azar):
"Pareció que la miraba durante una eternidad (...)"

9.     Tu felicidad es (libro 1, pag. 55, 3 últimas palabras de una oración al azar):
"(...) Hasta el final".

(La oración original dice así: —El amor es un combate —sonreía Marie-Claude—. Combatiré todo lo que sea necesario. Hasta el final.)

10. Una buena forma de terminar con esto (libro, página y oración al azar):"Él le estaba pidiendo que abandonase la tierra (con él) hoy mismo, pero esta vez no le seguiría." 
Debo admitir que tengo una sensación extraña, como si me esperase algo mejor, pero de todas formas, hay cosas tan certeras que da un poquito de miedo y entretiene. ¿A que no son interesantes los libros?

martes, 30 de abril de 2013

葬世に我を忘れる [I forget myself in the burial world]

El verbo es 我を忘れる. El verbo es olvidarse de uno mismo. La palabra es Ware, el yo arcaico. La palabra es desconocida y, sin embargo, ¿cuántas veces la has visto ya? ¿cuántas veces la has vivido en carne propia?.

Al final no sé qué hice. No sé si me estoy olvidando o ya me olvidé de mí. No sé si el verbo se siente, se aplica o de un estado pasé a otro. Mi mente se oxida y al final olvido las cosas, así soy yo.

Los escenarios no cambian, se quedan estáticos. Los que cambian son las personas. Y, sin embargo, yo no sé qué pasa conmigo. Quiero auto-destruirme tanto, tanto, (...), tanto que ya no quede ningún vestigio de mí, que llegue al punto de no reconocerme y así poder renacer como un fénix.

Pero ya me destruí. Tenía claro que eso iba a pasar. Y, estando en cenizas, no entiendo por qué ahora mismo ya no puedo salir de ahí, no puedo seguir. Por qué no puedo levantarme y por qué sólo miro como todo se rompe a mi alrededor sin poder hacer nada (o, más bien dicho, estando estática: sin querer hacer nada).

Mientras soy asesinada por una mano, me olvido de mí misma una y otra vez en un mundo quemándose. Incluso ahora, el mundo se tiene que destruir. Es lo adecuado, es lo que tenía que pasar.

Y ahora, ¿qué...? Nada, si realmente no puedo ni pensar bien...

Listening to: GalapagosS – 葬世 (Burial World)

domingo, 21 de abril de 2013

Let's have some fun, this bitch is sick

Si hay algo que debería ser ilegal para mí es quedarme sola con mis pensamientos. Pasan cosas agresivas dentro mío ciertas veces. 

Estas semanas me he dedicado a meterme en problemas gratuitamente. Nadie ha dicho que debería, ni que podía hacerlo, pero el masoquismo es superior algunas veces. Eso pasa cuando no hago caso a consejos que me dan y pretendo que me las puedo arreglar sola.

De todas formas es curioso porque esto hace sacar en mí un coraje falso, un coraje que sé que se romperá en el momento en el que lo necesite. Alguien que está roto no se puede componer de un momento para otro, menos en un juego como este.

Ahora mismo, el juego es de sobrevivir a una especie de tortura. Si gano, significa que podría conquistar (mi) al mundo. Pero, ¿cómo podría ganar si la otra persona ya empezó con ventaja y yo, desde el principio, me auto-descalifiqué?

Let's have some fun, this bitch is sick. She wants to play a game. Just pull the trigger inside her head, 'cause she's going to lose this game. I certainly can say that.

Listening to: Nightwish – Ghost Love Score.

P.S: Muy poca inspiración hoy, algo terrible porque me podría haber esforzado más en esta entrada... y en las traducciones que tengo pendientes.

domingo, 31 de marzo de 2013

。。。其れから雨 [... And then, rain]

4 AM.
Nowhere.

Cuatro de la mañana. Frío. Techo de zinc (o eso presupuse). Lluvia que cae incesante sobre el techo y revolotea, despertándome. Abrí los ojos, escuchando el sonido. 

Empecé a salir de mi capullo hecho de tela (pues son muchas frazadas las que hoy me cobijaron) y corrí la cortina. Unos ojos incandescentes me miraron, lo cuál me sobresaltó. Ah, la gata intentando resguardarse de la lluvia. Abrí la ventana para que entrase y se acurrucó en seguida a mi lado. Qué suerte que no estaba mojada, sino la cama hubiese terminado hecha un asco.

Volví a morir (Nota: fue un error de tipeo. Quise decir "mirar", pero sin querer escribí "morir". Me pareció una equivocación curiosa, a lo menos) por la ventana. La lluvia seguía cayendo y brillaba a contraluz con la luminaria.

Ayer estaba perdida. Hoy llueve. No entiendo nada. ¿Por qué debería entender? Hace rato dejé de entender las circunstancias que me rodean, sólo me limito a existir y con eso debería bastar. Sin embargo, llovía. Sin embargo, se mueve. Todo se mueve. Sin embargo, me quedé entre la niebla.

Ayer, niebla; hoy, lluvia. Semiótica. Mi tendencia a buscar símbolos, signos, mensajes, algo oculto, algo que me hable, donde no hay nada. ¿Por qué no se puede meter eso en mi cabeza?

Supongo que sería correcto dejar de asociar estados climáticos conmigo. Ellos y yo quizás no tenemos nada que ver y, sin embargo, quiero buscar un mensaje en ellos para sentir que algo vale la pena.

Listening to: The Smashing Pumpkins – Perfect.

sábado, 30 de marzo de 2013

Lost in the Mist

Frío. El día está helado y afuera de la casa, acá en el campo, hay una niebla espesa que no te deja ver nada. Sé que es de día por la luminosidad, pero si no fuera por eso, sería algo perdido, atemporal.

No hay nada mejor que hacer. Las actividades "campestres" no son lo mío y la gente que está acá lo sabe, sin embargo, intentan que no me sienta inútil (¡já!) por lo mismo, por ser tan citadina que no entiendo la lógica que rige en un lugar donde las máquinas no dominan.

Salí un rato, pensando que eso me relajaría. No encontré nada más que niebla espesa. Podía ver mis pies, pero a los tres pasos no sabía dónde estaba. Me giraba para ver si había algún indicativo y nada. Estaba perdida. Cuarenta minutos perdida...

Cuando pude volver a casa, después de dar un par de vueltas en círculos, me apegué a la estufa de leña, como una lagartija buscando el calor. Mí tía apareció con chocolate caliente (el cuál apenas probé por el asco que me dio el aroma), mencionó que estaban preocupados, que estaban a punto de salir a buscarme. Nadie se había dado cuenta de que salí sino hasta que notaron mi no-presencia. Expliqué que no supe bien cómo volví a casa, porque me perdí (y un comentario gracioso sobre el cómo siempre me pierdo pues no sé ubicarme cardinalmente. No sé sobre este/oeste, norte/sur, ni nada parecido). Ellos habían creído que salí a buscar moras pero luego se fijaron de que no llevé mi canasto. No, no fue así, sin embargo, me encontré con las frutillas. Deben ser las últimas que quedan, pues la temporada ya está acabando y estaban casi podridas.

Estar perdida en la niebla me hizo pensar muchas cosas y, de repente, tenía que dejar de caminar pues estaba ocupada conmigo misma. Era como... una recreación de mi mente. Sobre el cómo estar ahora mismo en mi mente.

Desde hace años me jacto de que no poseo la oratoria necesaria para expresarme, pero sé escribir (y creo que lo hago bien). Desde hace años me jacto de que no suelo saber mucho del mundo exterior, pero el mundo interior (mi mente) para mí es muy claro; siempre tengo (o tenía) claro lo que siento. 

Y estar perdida me hizo pensar, ¿qué de cierto tiene eso? Estoy confundida. Estoy perdida, tanto mi cuerpo como mi mente. No sé en qué posición me encuentro. ¿Quiero seguir o quiero quedarme parada entre la niebla? ¿Va a brillar el sol para que me dé cuenta dónde estoy parada?

La niebla no es un estado climático, ahora está dentro de mí. Como si al respirar, me la hubiese comido. Se huele el frío, sabe a moho. Sabe a algo que empapa todo, que envuelve todo. Todo se deshace alrededor y ya no queda noción de nada.

Si todos se dan cuenta de que estoy perdida, ¿por qué no pueden venir a buscarme? ¿es porque tienen la esperanza de que yo misma encuentre mi camino?

Sólo ahora me doy cuenta de lo incómodo que es para los otros que yo esté perdida... y lo incómodo que es sentirme perdida en mi propio cuerpo.

Listening to: 新宿ゲバルト – シグナス (Shinjuku Gewalt – Cygnus).



martes, 26 de marzo de 2013

A weird situation

Hace semanas que quería contactarle y fue complicado. Busqué por internet y otros métodos, nada funcionó. Los datos que precisaba no los encontré (¿acaso habré perdido mis habilidades stalker o es que lo que quería estaba realmente oculto?). Hasta que, por casualidad, encontré su tarjeta entre mis cosas. Una tarjeta que hace años perdí y se presentó cuando ya dejé de buscar.

Con manos temblorosas redacté algo. Sabía que no estaba del todo correcto y, cuando lo leí, pude encontrar muchos errores: algo inconexo, un error gramatical, algo disonante. Cambié todo. Lo borré todo. Repetí todo. Así unas tres veces. ¿Cuándo iba a estar perfecto? ¿Puse muchos detalles, puse muy pocos detalles? Pulsé el botón "Enviar" y le dí una honda calada al cigarro mentolado de mala calidad que tenía en la mano derecha. Solté de mi boca, de mis pulmones, el contenido. Una ola se arremolinó sobre mi cabeza, formando figuras redondas. Dí un sorbo a mi té y apagué el cigarro. 

A las horas, recibí la respuesta y me eché a temblar. Si tanto lo deseaba, ¿por qué me daba miedo esa respuesta? (Eso es fácil: siempre tiendo al auto-boicot. Muy pocas veces me siento merecedora de algo así que mi tendencia es arruinar mis chances...).

"Llámame a este número..."

Primer intento. El teléfono suena y me arrepiento de mi decisión, colgando a la segunda timbrada. No tengo el coraje de seguir. Lo pienso detenidamente y presupongo que no hay camino fácil para nadie. Segundo intento, fallido. El buzón de voz me anuncia que apagó el teléfono. Espero un par de horas más. Tercer intento. Era la misma voz que recuerdo de hace años atrás. Saluda con naturalidad y yo no puedo.

"Te escuchas nerviosa". Me río en forma nerviosa y lo niego aunque sé que es verdad. 
"Suenas angustiada". "Sí, un poco", respondo, intentando disimular.
"Ya me acordé de quién eres". Silencio. "¿Con detalles?". "Sí".

Mi mirada se pierde en el cuadro de flores de la sala, intentando reconocer algo en los pistilos falsamente pintados y pensando que hay varios detalles que me gustaría arreglar en ese cuadro, intentando desconectarme de la conversación.

Me incomoda que la otra persona no se incomode como yo (sí, el que el otro no se incomode me pone incómoda a mí, algo que no pasaba de antaño).

¿Sabes? Me gustaría haberte contactado en una mejor situación, pero no se puede...

Escucho como él se ríe ligeramente y menciona lo buena chica que soy, pero que qué se le va a hacer. Me disculpo por buscarlo sólo para cuando ya lo veo todo perdido. Presiento que él sonrió de medio lado. Se limitó a decir que los dos salimos ganando: él se queda con la consciencia limpia de que podrá ayudarme y yo me purgaré por todos mis pecados. Que ambos salimos ganando. Río tristemente y respondo "no, yo ya no puedo ganar...".

Una situación extraña porque, antes, no hubiese aceptado la derrota pero así es como es: Valentina ya no puede ganar. Sin embargo, aún puede torcerle la mano al destino. O, al menos, lo intentará...

Listening to: Lacrimosa – The Turning Point.

viernes, 1 de marzo de 2013

Ragtime

Mueve los pies al ritmo de la música mientras lee un libro de Anaïs Nin. No los clásicos, no los diarios de vida eróticos. Sólo la locura, el surrealismo. Je suis le plus malade des surrealistes. Tus ojos son demasiado grandes y están demasiado llorosos para un ser humano.

Su ciudad dormía del lado derecho, aplacada entre pastillas que calmaban la ansiedad. Ya no quiere soñar. Para ser alguien que se preocupa de no olvidar la historia, se traiciona a sí misma. Quiere olvidar, quiere no soñar. Ya no quiere más sueños lúcidos y que los recuerdos la invadan. Tres horas de duermevela. La ciudad se cambia al lado izquierdo, porque ese fue su lugar en la cama.

La ciudad desató sus puentes y encendió una chimenea mentolada. Se da cuenta de lo que ha estado haciendo, de que la historia cambia, de que no puede volver atrás.

幾つの罰を耐えたら僕はもう一度零に戻れる?(How many punishments I have to bear before I can return to zero once more?)

El Ragtime. Recoge los harapos. Deja de rasgar el tiempo. Limpia la ciudad. Aseo y ornato. En uno de los extremos de la ciudad no hay árboles ni puentes ni pavimento. Es sólo una tierra desnuda, pisoteada, muerta. Flores hechas con pequeños adornos, tallos de alambres para una tumba. Una mujer las riega, los tallos están oxidados.

Lo nuevo no es nuevo, lo nuevo no es nuevo, lo nuevo no es nuevo. 
Me quedé dormida, me recogieron y me metieron a un saco. 
Lo nuevo no es nuevo, lo nuevo no es nuevo, lo nuevo no es nuevo.

¿Estoy completa? Los brazos, los ojos, las piernas, el pelo. Todo en orden. Tomo un paraguas  y siento el aroma ahumado de sus cigarros. Lloré su muerte e intenté pararme.

Se acaba el ragtime. Hora de recoger los harapos y recomponer todo. Recógete sola. Fue un interludio asqueroso (porque la obertura fue cuando la ciudad estaba decorada, no llovía y la tierra era fértil y fructífera), es hora de seguir el espectáculo.

Alguien tome mi mano y bailemos jazz.

Listening to: FLOPPY – 火の鳥 (Phoenix).

P.S: Algún día tendré que dejar las malas metáforas...

jueves, 21 de febrero de 2013

Melody call

En algunos países, como por ejemplo Japón, en vez del típico tono de llamado, existe la melody call: una canción que suena de manera intermitente hasta que el interlocutor responde a tu llamado.

Esta mañana me pregunté por esas canciones que suenan sin interrupción y que están ligadas al ser amado. Esas canciones que, de alguna u otra forma, te recuerdan a esa persona. Las escuchas en la radio, en la calle, en tu mente... y en esa melody call.

Hasta que un día dejas de oírla. Porque ya no puedes. Porque ya no tienes a quién llamar. Porque ya no responderá el teléfono ni te saludará. Y ya no suena dentro tuyo, porque no quieres recordar. 

De seguro volverás a escuchar la canción en la calle, en la radio. De repente la tararearás. Y los pensamientos volverán a tu mente: "Antes, escuchaba esta canción siempre y sonreía. ¿Cómo estará esa persona ahora?".

Cada vez que esperabas. Cuando te acostabas. La canción que sonaba cuando llamabas. Al final, podías escuchar la canción una y otra vez sonando, pero no van a agarrar el teléfono. No habrá una voz al otro lado de la línea.

El tiempo ha pasado. Si volviera a ese día, ¿hubiese dicho algo distinto o me hubiese comportado de otra manera? 

Y, wow. Cierto que ya todo terminó.

Pensando así, no es como un "me gustaba y mucho" sino un "incluso ahora, él me gusta mucho, demasiado, y quiero que esté bien".

... Y con eso en mente, escribo estas palabras.

El cielo es algo que todos tenemos en común, como el sol, la luna, las estrellas. Pero el cielo es distinto. Es vasto, ilimitado. Contiene emociones, porque sonríe y llora como nosotros.

A pesar del tiempo y la edad, el cielo nos mantiene a todos conectados. 

Un sonido que, sin querer, captaron mis oídos. Una trompeta. We haven't met but I'm the one hoping to get inside your loneliness... Memorias. Risas. Abrazos. Los recuerdos que, de alguna u otra manera, nos conectan y nos seguirán conectando. Melody call.

Listening to: AYABIE  彼方、繋がる空へ  (To the sky that connects to you, in the distance).