sábado, 20 de julio de 2013

About gardeners and architects

Entonces hoy yo venía a escribir, sin saber de qué quería escribir. Planeaba hacerlo sobre gatitos, perritos, conejitos. Quizás sobre la venida de la Tercera Guerra Mundial o tal vez sobre mi imposibilidad de disfrutar las cosas simples de la vida (me pasa lo mismo con las no-simples, en todo caso), hasta que vi esta entrada escrita por este personaje y todo se me fue a la mierda. No me malinterpreten, de verdad que amo a Sergio, pero a veces me deja descolocada y me hace llorar (?) y otras cosas de las que no hablaré acá.

No quiero hacer un tl;dr de lo dicho en la entrada, porque sería absolutamente agradable y recomendable que la leyeran por ustedes mismos, pero me hizo pensar en algo... más que nada, en referencia al libro que intento hacer.

El otro día, tuve una conversación con @Seba respecto a los jardineros y los arquitectos en la escritura: un jardinero es alguien que no planea y escribe, haciendo florecer palabras, pensamientos y todo sobre la marcha, provocando que las sensaciones sean fluidas. Un arquitecto es aquel que planea todos los pasos a seguir antes de ponerse a escribir. Quizás sí pueda hacer florecer palabra, pero de cierta forma, será un poco más artificial que un jardinero. 

Llegando al punto donde conecto todo esto con los dichos de Sergio, me parece que el conocerse a uno mismo es una de las actividades más dolorosas por las que uno puede pasar. Es destruir ciertos paradigmas que uno codificaba sobre sí mismo para pasar a saber cuál es el verdadero yo. En mi caso, desde mi temprana adolescencia, este tema resulta un dolor de cabeza para mí (pero hoy tampoco hablaré de eso).

Si uno se conoce a sí mismo, ¿podría determinar si es un jardinero o un arquitecto? ¿el conocerse realmente influirá de sobremanera en la escritura? Yo sé que las preguntas podrían sonar burdas, pero el sentido es pensar en cómo nuestra manera de comunicarnos puede estar influenciado por lo mucho o poco que nos conocemos a nosotros mismos (o quizás ni siquiera conocernos, sino que simplemente aceptarnos), incluso, la comunicación no-verbal puede estar influenciada por este hecho, lo cuál podría o no significar una merma en nuestra confianza en nosotros mismos.

La analogía del jardinero/arquitecto podría ser también una analogía para el cómo concebimos nuestra forma de actuar en la vida y puede o no coincidir en nuestra forma de expresarnos, escrita u oralmente. Por mi parte, para escribir soy jardinera (aunque luzco como arquitecta) y oralmente soy un poco más arquitecta. Se podrían dar cuenta de eso al revisar este blog y al hablar 1v1 conmigo, há.

Y pues, más que una reflexión, esto era una acotación a la entrada que cité, porque considero que no estoy agregando nada que nadie sepa... sólo quería escribir *sigh*

Listening to: Theatre of Tragedy – Machine.   

jueves, 4 de julio de 2013

Cien Años de Té en Chile con La Tetería

Cuando pensamos en el té, pensamos en una escena específica: la Reina Isabel o algún inglés almidonado consumiéndolo a las 5 o'clock mientras lo acompaña con scones. Levanta su taza con el meñique recto y se ríe en un inglés flemático a la vez que habla de algo, quizás, insustancial.

Cuando pensamos en el té y sus inicios, sabemos de China, de la India. Pensamos en Inglaterra, en Ceylán (actual Sri Lanka, pero asociamos el nombre por su té negro). Pensamos en los viajes, en las revoluciones que ha causado (¿a alguien le suena la Boston Tea Party?) pero... ¿y Latinoamérica? ¿y Chile?

Chile está en el top 10 de países que más consume té a nivel mundial. Al año, se consumen 10 mil toneladas de té en Chile. A juicio de cualquiera, impresiona, pues estamos sumergidos en un continente cafetero. Gran parte de esto podría deberse a la preocupación de los comerciantes por la estética. La creencia es que el marketing se desarrolló con la liberación de la economía, pero eso es una mentira...

Anoche, con @Lambdadelta fuimos a un evento realizado en el Mall Espacio M. ¿Su nombre? La presentación del libro "Las Marcas de la Historia III: Cien Años de Té en Chile (1870 - 1970)", escrito por Óscar Aedo Inostroza, quién justamente desmiente este pensamiento respecto al marketing.

El proyecto de Aedo (autodenominado El Cachurero, como comentó anecdóticamente anoche) comenzó a inicios del 2000, donde hacía una recopilación de marcas en Chile y cómo estas han trascendido en la historia. El primer volumen de la colección consistió en cigarros y el segundo era sobre bebidas y agua mineral. Ahora le tocaba el turno al té. Y es aquí donde entra La Tetería...



Cuando llegamos anoche, el escenario era ideal: una decoración en tonos amarillos acompañados por rosas, swing tocando, teteras de plata y tazas de porcelana blanca, para poder ver el té en todo su esplendor.


Recepción del evento. Mall Espacio M.


Hablando particularmente de la ceremonia, consistió en la bienvenida de parte de Patricio Hurtado, Director de La Tetería, quién hace una mención especial a los Twitteros que los siguen y han hecho de La Tetería lo que es hoy: un negocio que se ha ido desarrollando a lo largo de ocho años, tiempo en el cuál el té se ha ido popularizando y masificando en el país.


Fotograma en la pared: "El té más fuerte. El héroe de los tées"


Luego le tocó el turno a Óscar Aedo, autor del libro, quién dio sus agradecimientos, para luego pasar la vara a Rodolfo Gambetti, periodista gastronómico, quién hablo sobre las bondades del té: respecto a los beneficios que tiene a la salud pero, por sobre todo, con lo que nos convocaba: el beneficio mayor que posee, como documento histórico. Y justamente su valor como tal podía producir esta publicación potente y hermosa, trabajo de años de recopilar en lugares áridos, en antigüedades y, sobre todo, intentando rescatar la hermosura de envases y etiquetas.

Servicio de Té ofrecido por La Tetería

El Servicio de Té ofrecido por La Tetería estuvo a nuestra disposición: té negro Assam Hazelbank (India) y té verde Bancha (Japón), ambos preparados de una forma magnífica. El Assam maravillaba con su sabor tradicional pero pronunciado y su hermoso color rojizo profundo, mientras que el Bancha poseía ese matiz refrescante y energizante, ideal para ser la contra parte del té negro ofrecido.



El hermoso color de un Bancha bien preparado


Teteras conteniendo Assam Hazelbank. Nótese el color rojizo.
Una de las cosas que quiero rescatar es que pudimos presenciar una exposición (que sigue en el local de La Tetería del Mall Espacio M, en el segundo piso) de las mismas latas que aparecen en el libro. El trabajo en poner recomponerlas a su estado original es digno de admiración.





Té Arturo Prat.
Té Cruz Azul

Té Puro de Horniman
Té para combatir el Alcoholismo
Actualmente, el local de La Tetería del Mall Espacio M cuenta con 70 tés distintos, a diferencia del local de Santa Magdalena, que cuenta con 80 (de todas formas, sólo es una diferencia de 10 tés). El local de Mall Espacio M no tiene nada que envidiar a su predecesora, pues además de comprar té, pueden comprar distintos productos, como contenedores, teteras tetsubin importadas directamente desde Japón y tazas.



¡Todas estas variedades de té!
Tetera tetsubin

Set de tazas de té junto a una tetera tetsubin
La Tetería realizó a los presentes una entrega de regalos, consistente en un marcador de libros, un colador para té tipo huevo y una delicia: Christmas Tea, variante europea del Chai Masala y cuyo aroma hace remembranza a un pan de pascua. Su sabor es dulce, cítrico y su aroma bien definido.


Contenedor del Christmas Tea
Finalmente y para concluir, reitero mis agradecimientos a La Tetería por la invitación y hago un llamado a la gente amante del té para que vayan a ver la exposición realizada y disfruten de un magnífico té en estos días invernales ♥

P.S: El libro "Las Marcas de la Historia III: Cien Años de Té en Chile" tiene un valor de $40000 pesos (chilenos) y puede ser encontrado en librerías y La Tetería.