domingo, 3 de noviembre de 2013

Nosotros


Ciertamente, soy de las que se preguntan cosas en torno a las palabras. Desde que tengo memoria ha sido así. Quizás eso incite mi modo de ser humanista, pero supongo que eso no tiene nada que ver... o quizás sea la raíz del problema del por qué soy así.

Hoy estaba mirando el techo, intentando dormir, y solo pude pensar en personas gramaticales, algo idiota considerando que odio la gramática. Yo, tú, él, nosotros, ella, blah blah, yadda yadda. ¿A quién le importa? Las personas solo sirven para definir a entidades y ahorrarnos decir nombres completos. Ejemplo: Yo (Valentine) decreto que es idiota ocupar personas gramaticales.

Ahora bien, es irónico y perverso el que podamos definirnos en base a nombres y personas gramaticales. Cuando decimos yo soy yo estoy hablando de Valentine es Valentine, pero cualquiera puede decir yo soy yo y no se refiere a mi, sino a si mismo (un enredo en mi cabeza, determinado por falta de horas de sueño, ha). Dice yo soy yo y en realidad se refiere a yo (de nombre X) soy yo (llamado X).

El tú es algo descarado. Usualmente es como para apuntar al otro. Él y ella están bien, supongo, aún cuando en culturas no-occidentales quizás sea un poco feo decirlos.

Creo que, de todo, el nosotros es lo que más me gusta. Es como una canción de cuna arrulladora. Nosotros somos tú, yo, él, ella, incluidos en el mismo grupo. Nosotros es inclusivo y no discrimina, a diferencia de ellos. Porque ellos son ellos y nosotros, nosotros. Ellos son distintos y por eso los menciono aparte.

Meh, de cualquier forma, creo que me tomo las palabras muy a pecho... Solo debería decirlas y ya, en vez de saborearlas como lo hago. Total, yo soy yo; tú eres tú; nosotros, nosotros; y ellos, ellos. ¿Para qué más, si con eso basta? Mientras no nos confundamos y mantengamos la identidad, debería bastar... digo yo.

Listening to: Ayabie – Romancer -3rd press-.