lunes, 14 de enero de 2013

All you need is a (ridiculous) Love

El amor, por definición, es un regalo no merecido
– Milan Kundera (El Libro de los Amores Ridículos)

De cierta forma, me desagrada pasar por cosas que me hagan meditar. No me detengo. Medito y medito, pensando en la situación desde todos los ángulos posibles. Los problemas son como si fuesen un chicle y, luego, lo que hago es pegármelo a la cabeza para que no se me olvide. Casi nunca pienso en soluciones, sólo en los problemas y en distintas tomas, como si todo fuese una película.

Después de ciertos momentos vividos, tuve que detenerme y pensar algo un poco extraño, un poco cuerdo y muy curioso: ¿puede el amor ser ridículo?

La creencia popular es que el amor es el sentimiento más elevado que existe. Uno demuestra desinterés, se desprende de uno mismo. Te hace intentar ser mejor, te ayuda a revelar mejor tus cualidades (y tú enalteces más a tu ser amado). Todo esto me lleva a pensar que el amor no es ridículo, sino que es un asunto serio.

Pero, mientras esa es la parte buena del amor, también está lo malo: nadie se detiene a pensar que el amor es egoísta, que te llena de humo (pues ves cosas buenas y no lo malo) y lo horrible que es cuando se termina y la repulsión que te causa tu alguna-vez-objeto-de-deseo.

Aunque, por el cómo lo menciono, el amor tiene sus supuestos pros y contras, ¿eso qué más da? Al fin y al cabo, el amor es una cosa amoral. Puedes hacer cosas horribles justificando que fue por amor, como hacer cosas patéticas y románticas al exceso, poniendo este pretexto.

Me gusta la juventud. Me gusta vivir el amor con hedonismo. Me gusta la fragilidad y el miedo con el cuál la gente maneja el amor y que intenten mostrarse seguros de sí mismos. Adoro el arte de la seducción más que el sexo que sobreviene y, de cierta forma, es delicioso convertirte en esclavo de tus pasiones.

The Beatles dicen que All you need is Love. Yo digo que no es todo lo que necesitas, pero es genial tenerlo, especialmente si después de meditar todo, te puedes reír de ti mismo por cosas que has hecho en pos del amor.

Entonces, ¿el amor es ridículo? Si te arrepientes de lo hecho después, sí. Bastante. Pero es aceptable, después de todo, Milan Kundera dijo que el amor es precisamente aquello que es ilógico y me gusta quedarme y masticar una y mil veces esa descripción.

Listening to: Hocus Pocus – Malade 2006.

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