martes, 4 de junio de 2013

Dimensions about suicide

He estado pensando muchas cosas desde la semana pasada, pues un amigo de mis padres se suicidó. El tipo no me caía particularmente bien por muchos motivos, pero su muerte provocó una brecha en mi cabeza que aún no puedo tapar.

Mi padre estaba ciertamente molesto porque su amigo se haya matado y por una estupidez. Mi madre lloraba inconsolablemente, pensando que él dejaba a sus hijos, todos menores de 12 años, sobre todo a uno que nació en octubre del año pasado. Por mi parte, meh.

Primero, me molestó un poco toda esa parafernalia. De cierta forma, me molesta nuestra concepción occidental de la muerte, donde vemos que algo nos fue arrebatado. Un algo que no era nuestro, por cierto.

No entiendo cómo la gente sufre tanto por las muertes, es un egoísmo muy particular. El ciclo de la vida tiene un rumbo, ese rumbo implica morir también. ¿Es acaso tan difícil de entender?

Bueno, quizás sí es complicado de entender, pero yo, al sentir que no tengo nada que perder, simplemente no me doy por aludida.

Lo que me lleva a otro punto, uno donde puedo separar a los suicidas. ¿Cómo es esto? Cuando uno piensa en el suicidio, lo que quiere es matar el dolor, no la vida. Muchas veces, uno como suicida, sólo está concentrado en el dolor, en que no puede salir de un agujero, pero no te matas por distintos motivos como, por ejemplo, no saber cómo llevarlo a cabo o ponerte a pensar en tu familia, pero creo que uno de los principales es un cierto trato masoquista a ti mismo, donde piensas que, a pesar de que te duele, puedes llegar a soportarlo y te esfuerzas en ello.

Los otros suicidas, los que odian la vida, ya son otro grupo: uno que ha aguantado mucho tiempo el dolor. O, sencillamente, se desencantaron de todo de un día para otro y tomaron esa decisión. O hubo algo que los empujó a ello como tener una enfermedad grave y que no quieren soportar.

Este último grupo, ¿tendrá más valor que el primero? ¿o son más cobardes por no querer quedarse a enfrentar las cosas? Nadie podría decir en forma tajante qué es lo que son aunque, vamos, si usted nunca ha pensado en el suicidio como una opción/derecho, todo lo que estoy diciendo es una locura.

Sé que cualquier psicólogo o cualquier persona con dos dedos de frente podrá venir a refutarme todo lo que estoy diciendo, pero esto es una opinión personal (en estas circunstancias, creo que me puedo dar el lujo de tener lo que se consideraría una enfermedad mental y poder expresar mi opinión libremente, pero siempre respetando al otro). 

Y pues, ya qué más da. Sólo los suicidas frustrados pueden comprender el punto de vista de otros suicidas...

No hay comentarios:

Publicar un comentario